Cuando estabas aprendiendo a andar en bicicleta, la parte más difícil fue comenzar a pedalear, esos segundos tambaleantes antes de que acumularas suficiente impulso para mantener el equilibrio. Un empujón generoso de tu papá era justo lo que necesitabas para no terminar con los codos y rodillas raspadas. La consejería es similar. A veces necesitas algo que te dé impulso, algo que te dé la confianza de que estás en el camino correcto. Si alguna vez te has sentido así, este libro es para ti.
