Hoy en día, las personas tienen acceso a placeres y lujos infinitos: automóviles para conducir, ropa para vestir, vacaciones para tomar y entretenimiento para disfrutar. Sin embargo, a pesar del hecho de que la búsqueda de tales cosas es la norma en nuestro mundo de hoy, esta mentalidad es opuesta a lo que Dios desea para su pueblo. Entonces, ¿cómo deben relacionarse los cristianos con el mundo en el que vivimos?
Mirando específicamente los medios que consumimos, la música que escuchamos, la modestia que cultivamos y las posesiones materiales que recolectamos, este libro representa una súplica apasionada para que los cristianos eviten los peligros de ser moldeados por el mundo y, en cambio, busquen la piedad a través de la gracia del evangelio.
